Francisco Sánchez 
Medina Gabril & Encarna 
Gonzalez José Manuel & Blanquita 
Serrano Felipe & Josefa 
Luque Amalia  
Anonio Haro & Lolita 
Filardi Antonio 
Fernández Mari Luz 
 
 
 
 
 
Lieja agosto 2011
Notas tomadas por Manuel Rodriguez
Solidaridad con los dirigentes de CCOO en Lieja
Los demócratas liejenses se movilizan de la libertad de Julian Grimau
Nadie se lo cree porque la mentira es muy gorda. Inmediatamente, el Secretariado del PCE de Lieja y el Club Federico García Lorca, harán un llamamiento a todos los demócratas, para denunciar el más horrendo crimen, que acaba de cometer la dictadura fascista del General Franco. Acompañado por el señor Théo Dejhaes, (miembro del Partido Comunista Belga) y de Jules Rasquin (abogado), Francisco ira a solicitar al Alcalde de Lieja, la autorización para organizar una manifestación pacífica por las calles de la ciudad. Esta autorización se le otorgará, a una sola y única condición. Francisco  debe comprometerse firmando un documento, que se responsabiliza de cualquier desorden público, y de los desperfectos materiales que dicha manifestación, durante todo su recorrido, pudiera acarrear. A Francisco, no le tiembla el pulso para firmar dicho documento. La manifestación se desarrolla de forma pacífica y con mucha dignidad. Esta tiene un éxito multitudinario y ningún incidente la perturbará, a la gran satisfacción  de Francisco y de los camaradas encargados del servicio de orden.
 
La última fechoría de la dictadura franquista, será  el juicio del dossier 1001/72 del TOP (***) (Tribunal de Orden Público).
 
Este juicio se celebra en 1973, en la fase terminal del régimen franquista (el dictador muere en noviembre de 1975). En este juicio, los inculpados son  condenados a 162 años de prisión. Dos figuras emblemáticas del sindicalismo español, forman parte de los acusados. Nicolas Redondo de la UGT (Unión General de Trabajadores) y Marcelino Camacho de CCOO (Comisiones Obreras). <en 1977 Cuando se restaura la democracia, son elegidos Diputados>. Una vez más, todos los demócratas y muchísimos sindicalistas, se movilizan y participan en una gran manifestación por las calles de Lieja, para reclamar la liberación de todos los acusados.
 
Antonio comenta :
 
“Después de unos años de militancia en el PCE, mi padre se presenta como candidato, a las elecciones sindicales, organizadas en la mina de Cheratte. Muy conocido y estimado por los mineros, es elegido directamente Delegado Sindical FGTB y representará a los mineros de fondo en el seno de la Delegación. Desempeño cuatros mandatos consecutivos, pero el último no lo puede cumplir, a causa del cierre de la mina en 1977. Muy activo en el sindicato, Francisco subirá peldaño a peldaño y ocupará un puesto, en los órganos de dirección del sindicato y llegará a formar parte del Comité Nacional de la Central de Mineros de la FGTB (Federación General de Trabajadores de Bélgica)". 
 

Llegó el tiempo de la jubilación :
 
“Ya sabemos que mi padre llegó a Bélgica en Junio de 1957 y que  trabajó hasta el cierre de la mina de Cheratte en 1977. Con lo cual a trabajado veinte años como minero de fondo. La legislación belga en lo que se refiere a la pensión de minero, indica que para obtener una pensión completa hay que cotizar veinticinco años. Los diez años de mina cotizados en  España no se aplican en Bélgica. En 1978 le dan la pre-jubilación y en 1983 cobra su jubilación. Mi padre como muchos emigrantes, sueñan con volver un día, al país que le vio nacer. Para esto, hay que prepararse muy bien. La primera etapa importante es tener un alojamiento. En 1974, se compró un piso en el mismo barrio, que en 1940 dejó para ir a Albuñol. Ahora que esta jubilado tiene tiempo para pensar. Recuerda su desgraciada infancia en Almería, su adolescencia en Albuñol, su juventud en Sallent y cuando llega a Cheratte, tiene veinte y siete años y cuando regresa en 1978 a España, tiene Cuarenta y ocho. Es cierto que es un pensionista joven, pero no debemos olvidar nunca que se lo ha ganado a pulso. Ha bajado a trabajar, en el fondo de las minas de potasa o de carbón durante 30 años. Para su retorno, no es una maleta de madera que se llevará, sino un gran camión de mudanza para amueblar el apartamento. Hoy vive feliz en Almería y disfruta de una pensión bien merecida.
La casa en el barrrio de Cheratte.
 
“Dicha casa se compone de una planta baja y de un primer piso. Al principio vivimos en la planta baja y otra familia en el primer piso. La planta baja se compone de un salón-comedor de una cocina y de un cuarto pequeño con un retrete. Como no teníamos, habitaciones, todas las noches, mi madre movía los muebles y montaba las camas en el salón comedor. No teníamos frío porque había una estufa de carbón. En la cocina había una gran estufa que servia no solamente para calentarnos, pero sobre todo para hacer de comer y calentar  el gran barreño de agua para lavarnos, puesto que no teníamos cuarto de baño. Ese barreño también servía para poner en remojo, la ropa de la mina, antes de meterla en la lavadora.
 
Esta estaba en el cuarto trastero. En dicho cuarto teníamos un grifo y una pila que nos servía para lavar los platos y de lavabo. En este cuarto había, tres puertas. Una que daba a la cocina , otra que daba al sótano y otra que daba al retrete. A final del año 1958 la familia que se alojaba en la primera planta se marcharon. Mi padre se apresuró para pedir a las autoridades de la mina, el uso también de la primera planta. Se la concedieron. Dicha planta estaba  compuesta de tres habitaciones y un desván. Nos pusimos muy contento, porque era la primera vez, que teníamos una vivienda en la cual, cada uno tenía su propia habitación”.
 
Que es lo que más os impacto cuando llegasteis a Lieja ?
 
“Poca cosa” dice Antonio. “ Nosotros ya estábamos acostumbrados a vivir, en una vivienda social, allá en Sallent. Aquí en Cheratte, hemos vivido en la misma vivienda social, más de veinte años. Aunque es cierto que en esta, teníamos mucho más confort que en Sallent.  En cuanto al idioma francés, mi hermano con dos años y yo con siete, lo aprendimos bastante rápido. Mí padre tardó un poco más. A mi madre si le costó más trabajo porque sus vecinas eran italianas. Mis padres estaban muy satisfechos con las mejores condiciones sociales de Bélgica. El trabajo de picar carbón en la mina era más duro, pero estaba mejor remunerado que en España. En Cheratte vivíamos bien, y ya no teníamos ninguna deuda en las tiendas como decía mi padre en plan de cachondeo.
 
Francisco tiene su trabajo, una vivienda, una esposa y sus dos hijos a su lado. Que más se le puede pedir a la vida? Decía mi padre. Tuvimos la suerte que en 1958, Bélgica organizaba la Exposición  Universal en Bruselas. Aparte del Atomium que es el símbolo de Bélgica, lo que más nos impacto fue el Pabellón de la URSS. Nos maravillamos al contemplar el Esputnic y la perrita Layla que había viajado por es espacio.
 
En la mina, Francisco es muy apreciado y respetado por la mayoría de los mineros, porque defiende los derechos de estos, sin ser delegado sindical. Pero de boca a oreja, se comenta, que un pequeño español con bigote ayuda a resolver problemas. Participó en la gran huelga general del invierno 1960/1961 que hubo en Bélgica. Los domingos va de forma regular  a la casa del pueblo de Lieja que se llama  'La Populaire' y es la sede del Partido Socialista Belga. Este Centro acoge en su seno, a la 'Asociación Republicana Española de Lieja'. Muchos españoles acuden a este centro para intercambiar opiniones y tomarse una copa. Francisco muestra un gran interés, por las actividades de esta organización y hace muchísimas amistades.
 
A final de 1961, un amigo lo invita a participar, en el desarrollo de  el 'Club Federico García Lorca' de Lieja. En esa fecha, la sede del Club, se ubica en la calle Mont Saint Martin de Lieja. Es bastante conocido de la colonia española por su ayuda social y cultural. El Club está  en una fase de creciente desarrollo, con la llegada masiva de emigrantes españoles. Francisco solicita su carnet de miembro y rápidamente se incorpora en el comité de dirección del Club. Poco después, será invitado por la Dirección del Partido Comunista de España (PCE) para formar parte de dicho partido político. Por  razones de seguridad, el PCE está organizado  en pequeñas células  Francisco junto con otros camaradas, crearan la célula de Cheratte. No olvidemos  que nuestros  padres  militaban  en  la clandestinidad.
 
1962 - La huelga de los mineros asturianos : (6)
 
En España, la lucha contra la dictadura va creciendo cada día más. El miedo al Régimen va disminuyendo poco a poco y la solidaridad no conoce fronteras. El viento de libertad de los mineros asturianos llega hasta Lieja. El Club Federico García Lorca organiza en dicha ciudad, numerosas acciones de solidaridad a favor de los mineros asturianos. Francisco, que también es minero, se solidariza y jugará un gran papel en la mina de Cheratte, haciéndose el portavoz de la lucha ejemplar de los mineros asturianos. Francisco sera elegido como Secretario del PCE de Lieja, y le tocará asumir, durante su mandato, dos acontecimientos políticos muy graves e importantes en España. El 20 de abril de 1963, Julián Grimau, responsable de la dirección del Partido Comunista en Espagne (PCE), es arrestado  e interrogado brutalmente por la Brigada Político Social franquista. Las oficinas de esta brigada, se ubican en el quinto piso. Julián Grimau (7) muere en extrañas circunstancias. Los esbirros del odioso Régimen de Franco, declararán que fue un suicidio, al tirarse el preso por las ventanas de las oficinas.
Recuerdos de familia
 
 
 
 
Francisco Sánchez, nació el 6 de abril de 1930 en el barrio de la Plaza Pavía de Almería. Tiene tres años cuando su madre fallece en 1933 y seis cuando estalla la guerra civil el 18 de julio de 1936. Vive con su padre y sus dos hermanos, José y Juan. Su padre trabaja en la marina mercante. Este trabajo lo aleja por varios meses de sus hijos. Estas  ausencias, le impiden  cuidar de ellos, como a le hubiera gustado. En Almería, no hay ningún miembro de la familia que pueda cuidar de los tres niños.
 
El  31 mayo de 1937,(1) la  flota alemana, bombardea la ciudad y la destruyen totalmente. Francisco, sin saber donde ir, se busca la vida. Juan, su hermano pequeño  lo sigue a todas partes. Esta es la vida  que llevan  día tras día, por las calles en ruina. Francisco cumple nueve años, cuando acaba la guerra en 1939. Pero en Almería no hay nadie para felicitarle su cumple año.
 
El único que le da un poco de cariño, es su hermano pequeño. En cuanto a José, su hermano mayor, se busca la vida como puede con otros amigos de su edad. La guerra hace un año que se ha acabado, pero los dos niños siguen desamparados y viven una vida de privaciones. Francisco con diez años a adquirido una cierta  madurez  y  piensa. ''Qué  hacemos  aquí  Juan? Adonde podemos ir para tener una vida mejor, que la que llevamos aquí? Son consciente que la ciudad es peligrosa para vivir y que están abandonados.
“ A Barcelona, venían representantes de la industriá minera belga y alemana. Estos reclutaban los futuros candidatos, para trabajar en las minas de carbón de Bélgica (ese fue el destino de mi padre) y de Alemania. Estos, daban la preferencia, a los obreros que tenían ya  una cierta experiencia de minero de fondo. Mí padre conducía la locomotora que arrastraba las vagonetas en el fondo de la mina y  de esa manera lo consideraron como minero. En junio de 1957, con su contrato debajo del brazo y el pasaporte en regla, Francisco se  prepara, para emprender otra vez, el camino hacia la esperanza. La primera vez ocurrió en 1939 de Almería a Albuñol , en 1948  de  Albuñol a Sallent y en 1957 de Sallent a Cheratte. Las  emigraciones  tenían siempre como finalidad, mejorar la situación económica y social, de su familia.” 
 
Primer contacto en el país de acogida :
 
Francisco llega a Bélgica en junio. Inmediatamente se pone a trabajar. Rápidamente se integra en el fondo de la mina de Cheratte (Lieja). Aprende pronto el oficio de picador de carbón. Su primer alojamiento es, lo que familiarmente se conoce en Cheratte, como 'el Hotel'. En definitiva son pequeñas habitaciones de dos camas, que tiene que compartir con otro minero. No era lo ideal, pero se conformaba con lo que tiene. Más aún, sabiendo, que los  italianos,  que llegaron a la mina de Cheratte en 1945, tenían que dormir en una baracas hechas con placas de metal (5) .
 
Lo pasaban muy mal en esas baracas, porque estando echas de metal, hacía muchísima  calor en verano y muchísimo frío en invierno. Francisco se encuentra con un amigo (Juan Borrero)  que ya conoce de la mina de potasa de Sallent. Otro azar de la vida es, que el viaje en tren de Barcelona a Lieja, lo hace con un paisano de Almería. Ese paisano, es ni más, ni menos que un hombre muy conocido en Herstal. Se llama Pedro Cervantes, alias 'el papy' (mi suegro). Unos años más tarde, junto con Juan Borrero, Pedro Cervantes, Antonio Albacete (nuestro vecino en Cheratte) y algunos camaradas más, crearán la célula (*) de Cheratte y participarán en las actividades del Club 'Federico García Lorca'. Volviendo al relato, cinco meses han pasado y Francisco hace un balance de su estancia en Bélgica. Llega a la conclusión que lo mejor que puede hacer, es traerse a su familia junto con  él. Pero no puede traerse a su mujer y sus dos hijos, sin tener una vivienda. Sin perder tiempo, Francisco introduce un dossier en los Servicios Administrativo de la mina, para que le concedan una casa. En pocas semanas, la Dirección de la mina le concede una vivienda social (propiedad de la mina). El alquiler es muy barato y el 08/12/1957 su familia llega en pleno invierno, a la estación de 'Liège-Guillemins'. Estupor! Mi padre no está en la estación! Que pasa? Porque no está en la estación? Por fin, una cara conocida! Es mi tío Juan (marido de una hermana de mi madre) que nos esperaba en el andén. Este, rápidamente nos pone al corriente, y nos explica, que mi padre está hospitalizado en 'Bavière' (antiguo hospital universitario de Lieja). Nos montamos en el autobús para Cheratte. Después de dejar las maletas en nuestra casa, otra vez nos subimos en el autobús camino del hospital. Mi padre, tenía la casa amueblada, pero  estaba muy fría, porque nadie se había preocupado de encender la estufa y no teníamos carbón. Al día siguiente, muy temprano, nos presentamos acompañado de mi tío en las oficinas de la mina, para reclamar carbón (**). Nos subimos en el autobús para ir al hospital. Después, dirección 'Guillemins' para recoger el baúl, que mi madre había facturado en la estación del tren de Barcelona hasta Lieja.
 
Cada mes venía el repartidor y nos dejaba los trescientos cincuenta kilos de carbón en nuestra acera. El carbón se metía por un agujero que servía de respiradero al sótano. Desde la acera hasta el respiradero había una distancia de unos tres metros. Al principio era mi madre que ayudaba a mi padre a meter el carbón. Más tarde esta tarea la haremos mi hermano y yo. Oh! El trabajo no era muy duro. Con una pala pequeña, llenábamos los cubos y después los vaciábamos por el agujero. De vez en cuando se atascaba el respiradero y teníamos que bajar al sótano, por el interior de la vivienda para tirar del carbón y despejar el agujero.
de estrecheces en la casa unifamiliar, que la mina le había otorgado a su suegro. Tuvimos que compartir durante seis años, el alojamiento familiar de mi abuelo materno. Dicho alojamiento medía unos sesenta metros cuadrados. Se componía de un comedor y tres habitaciones para las dos familias, cinco adultos y cuatro niños. El alquiler no era muy caro y eso, compensaba los bajos salarios que cobraban los mineros.”
 

Cual era el salario de tu padre ?
 
En 1948, mi padre trabajaba por el equivalente de un kilo de pan blanco o sea  catorce pesetas por día, es decir trescientas sesenta y cuatro pesetas al mes. En francos belgas, sería tres francos y cincuenta céntimos al día, o bien noventa y un francos belgas al mes. Los horarios de trabajo en la mina eran de cincuenta y cuatro horas semanales (nueve horas diarias y seis días a la semana). <Nunca hay que olvidar de donde venimos. Cuantos caminos han  recorrido nuestros padres y cuantas batallas han tenido que librar para dejarnos el bien estar que disfrutamos hoy>.
 
No comeríais mucho pan ?
 
"Pan blanco, por supuesto que no, pero comíamos otro tipo de pan  más económico, como el pan negro. También consumíamos otros alimentos como patatas, arroz. Pero comer pan blanco...eso, era todo un lujo, que no se podía costear. En 1955, cuando nació mi hermano, mi madre dejó de trabajar en la fabrica textil de Sallent. En esa fecha, no había ningún tipo, de ayuda familiar. Mi madre ganaba ochenta pesetas por semana, es decir, trescientas veinte pesetas al mes. Los ingresos pegaron un bajón muy fuerte y a partir de esa fecha, tuvimos que vivir con el único sueldo, que ganaba mi padre en la mina y en la masía.  En 1957, los salarios habían subido un poco y la situación económica familiar, se mejoró ligeramente. No obstante la mejoría salarial, para salir adelante, se necesitaba otro sueldo".  
 
Nueve año después de la guerra civil seguía la miseria ?
 
"Sí dice Antonio. Según lo que mi padre siempre me ha contado, esos años fueron muy duros. Teníamos la cartilla de racionamiento. Comprábamos en los economatos y también en algunas tiendas. Cuando se acababa el dinero, las tiendas nos daban fiado. Cuando se cobraba el sueldo, se pagaban las deudas en las tiendas. Ciertas veces no se podía pagar el total de las deudas del mes anterior, y  había que dejarlas para el mes siguiente. En resumen, como mi padre tenía la costumbre de decir, “siempre estábamos endeudado. Podemos decir (entre comillas) siendo muy subjetivo, que los que se quedaron en Albuñol y no vendieron sus tierras, vivían mejor que los que emigraron a Cataluña. En Albuñol, los campesinos que tenían un trozo de terreno para cultivar, sacaban adelante sus cosechas para alimentar a la familia y vender el exceso de su producción. Ahora bien, y siendo muy objetivo, los peones que trabajaban para un terrateniente, hicieron bien de emigrar al norte de España. La respuesta de mi padre, al preguntarle sobre la emigración en general, me decía que las condiciones económicas eran los motivos por los cuales los obreros se sentía empujados a buscarse la vida en el extranjero.”
 
La voz corría en el barrio minero de Sallent, que se podía fácilmente emigrar al extranjero, para trabajar en las minas de carbón. También era conocido de todos, que en Barcelona capital, había un abogado que te rellenaba todos los documentos, para poder emigrar a países extranjeros. Todos comentaban lo bien que lo hacía ese abogado.   En otras provincias españolas también había autoridades para facilitar la emigración. Fue como un tsunami, que arrastró la clase trabajadora. Todos tenían la esperanza de salir de España. Se pensaban encontrar el 'Eldorado' sobre todo en Alemania y en Bélgica. Después se dieron cuenta, que no era oro todo lo que reluce. En España, se pensaba que aquí en el extranjero, 'se ataban los perros con longaniza'. Era cierto, que se vivía mucho mejor en el extranjero, pero la ilusión de todos, era un día volver a su España querida. Los obreros venían sobretodo de Andalucía, de Asturia, de Extremadura y de Galicia.
 
<En primer lugar esta masiva emigración,  era la consecuencia de la política dictatorial del franquismo que perseguía a los 'rojos' y en segundo lugar las pésimas condiciones económicas>. (4)
 
Antonio comenta :
Reunión de familia en Sallent
Foto de archivo trabajo del campo.
Minas del Hasard
Cheratte (Lieja)
Minas de potasio en Sallent
Albuñol (Granada)
La Populaire (Liège)
Barrio de la Alcazaba
(Almeria)
Lugares
Sallent (Barcelona)
rio Llobregat
Imágenes de la historia de Antonio
 
La maleta de madera de Antonio
Foto de archivo: Almeria 31 mayo de 1937 después del bombardeo por la flota alemana
A Francisco se le ocurre una idea y se la comenta a Juan. Los niños no se lo piensa dos veces. Con mucho valor, Francisco agarra fuertemente la mano de su hermano, y junto se ponen a caminar, hacia el pueblo de Albuñol (Granada), donde vive su abuela materna.
 
Antonio Sánchez, hijo de Francisco, comenta :
 
“Se fueron andando… una verdadera proeza. Los dos hermanos cogidos de la mano se pusieron en marcha, para recorrer los 77 km que separan la ciudad de Almería del pueblo de Albuñol. Sobre la marcha, almas sensible los suben en sus carros de caballo o en la cabina de sus camiones. Estos medios de transporte le alivian el camino, pero la mayor parte del viaje, lo hacen andando hasta el pueblo.”
 
Cuando llegan al pueblo, toda la familia se queda muy impresionada por la hazaña de los dos niños. Su abuela los acoge en su casa y se sienten amparados y queridos. Aquí en el pueblo, si reciben todo el calor y cariño que necesitan. En Albuñol, una nueva vida empieza para Francisco. Esta es muy distinta, de la que llevaba en Almería. En lugar de recorrer las calles, como hacía en la ciudad, se pone a trabajar con los campesinos en el campo. Una dura experiencia para un niño, pero no tiene otra alternativa. Aquí, se tiene que ganar el pan de cada día, con el sudor de su frente. Pasado unos años,  Francisco trabaja en el campo, pero también será pastor, guardando un rebaño de ovejas.
 
Fue a la escuela ?
 
“No...no fue a la escuela”, contesta Antonio. Lo esencial  y lo más importante para él, era ayudar a la economía familiar. El poquito dinero que ganaba se lo entregaba a su abuela. En  Albuñol, en esos años, son muy poco los niños que están escolarizados. Solo los hijos de los ricos del pueblo, tenían la suerte de ir a la escuela. Esto ocurre en todos los pueblos después de la guerra civil, en los años del franquismo. (2)
 
Los años pasan y Francisco sigue trabajando de sol a sol en el campo. Cada noche, sentado al fresquito en el patio, se pone a pensar y se da cuenta que está explotado. En los años que lleva trabajando en el pueblo, no ha podido ahorrar ni un céntimo. Piensa mejorar su existencia, para poder hacer una vida normal. La conclusión es que su futuro no está en Albuñol. Ahora, ha llegado la hora de tomar una decisión. 
 
Antonio comenta :
 
“Mi padre siempre me ha contado, la anécdota de la maleta de madera”. Me decía: “Para tomar la decisión de marcharme del pueblo, me lo estuve pensando bastante  tiempo. Algunos mozos del pueblo, ya se habían ido de Albuñol para Barcelona. Estos me comentaban que se vivía mucho mejor en Cataluña y que había trabajo en la mina de potasa de Sallent (Barcelona). Cuando tomé la decisión de irme del pueblo, me dí cuenta que no tenía maleta. Mí abuela, me tenía guardadas algunas pesetillas, de una pequeña herencia de mi madre. Estas pesetas, iban ha permitirme cumplir mi sueño de emigrar a Barcelona. Entonces, le encargué al carpintero, una maleta de madera.”
Sallent (Barcelona) 1956 unos meses antes de emigrar a Bélgica
Sobre la marcha, almas sensible los suben en sus carros de caballo
 
 
* -Grupo reducido de personas, que funciona de manera independiente en una organización política o religiosa – El Régimen fascista y totalitario  de Franco, perseguía todos los españoles que se oponían a su dictadura, incluso cuando estos residían en el extranjero-.
 
** -El sueldo de un minero estaba compuesto en metálico y en especies. Los 350 kilos de carbón mensuales y los tiques para viajar gratis en el tren, formaba parte del sueldo en especies-. Dichos tiques lo aprovecharemos para ir a la playa de Ostende en el mar del Norte o al zoológico de Amberes. Así eran nuestras vacaciones en Bélgica de 1958 hasta 1963. En 1964 mi padre se compró un coche de segunda mano, y las vacaciones las pasábamos en España hasta 1977. 
 
*** -(institución especializada en la represión de los delitos políticos).
<<<Subir
Vivienda social en Cheratte
De trabajar en el campo, bajo el sol de Andalucía, desde el alba hasta el crepúsculo (es decir de sol a sol), a trabajar en las tenebrosas minas de sal de Barcelona, hay un mundo de diferencia. Pero Francisco no le tiene miedo al trabajo. En la mina, el trabajo es igual de duro que en el campo, pero está mejor pagado. Esto le permite enviar un poco de dinero a su abuela. En 1948, al cumplir sus dieciochos años, Francisco abandona Albuñol (Granada) y llega a Sallent (Barcelona). Inmediatamente se incorpora a su trabajo en la mina de Potasa del Llobregat' (3) hoy día más conocidas, como minas de "Río Tinto".
 
En sus primeros años en Sallent, se aloja en una pensión y en 1950 con  veinte años se casa con Simona González y tienen dos hijos en España y una hija en Bélgica. En 1951, se tiene que alistar en el ayuntamiento para hacer el servicio militar. Pero no lo hará por tres motivos. Por ser minero, por estar casado y por tener un hijo. Francisco se da cuenta que, el sueldo de la mina no es suficiente para cubrir todos los gastos. El quiere que no le falte de nada a su familia. Se acuerda de su infancia en Almería donde le faltó de todo. Eso lo motiva para buscarse otro trabajo, después de su jornada en la mina. Al conocer el trabajo agrícola, no tardará mucho tiempo en encontrar ese segundo trabajo. En seguida, un 'pagés' (campesino en catalán) lo contrata para trabajar en su 'masía' (explotación agrícola en Cataluña). El pagés, le paga su sueldo en metálico y con garrafas de vino y hortalizas. Con el suplemento de sueldo, que se saca trabajando con el pagés, le permite a su familia vivir mejor. Francisco aún encuentra tiempo para ocuparse de su huerto. También sube al monte a recoger leña, para calentar la casa en los rudos inviernos, que padecen  los  pueblos cercanos  a  los Pirineos.
 
Antonio sigue comentado :
 
“El recuerdo más grande que tengo de mi padre es que trabajaba, trabajaba y trabajaba. No obstante, mientras trabajaba, sigue pensando, que su familia no tiene un alojamiento propio. Teníamos que vivir en las condiciones
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